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Updated: 18.12.2012 15:51 |
Auch die Landbevölkerung weiter im Widerstand gegen das Freihandelsabkommen Eine ausführliche Stellungnahme aus Kirchenkreisen zum Widerstand der Landbevölkerung gegen das Freihandelsabkommen bzw seine Unterzeichnung durch die Regierung von Costa Rica. Die (spanische) Stellungnahme "El TLC, el campesinado y la iglesia" von Miguel Picado, publiziert am 11. Januar 2007. El TLC, el campesinado y la iglesia Miguel Picado Como se demuestra más adelante, el TLC vendría a destruir el intrincado entramado que constituye la cultura campesina, base de la nacionalidad costarricense, de la cual muchos somos parte y nos sentimos orgullosos, y base social de la Iglesia Católica. Estas letras interesan de modo eminente a los clerigos y laicos comprometidos con la pastoral, pues contienen información fidedigna y criterios para la reflexión y la acción, respecto a este tema. El documento se ordena en tres partes En la primera parte se informa sobre el impacto que una eventual aprobación del TLC implicaría para las personas que conforman los diversos sectores del agro costarricense, es decir, los medianos y pequeños propietarios campesinos -muchos agrupados en cooperativas y organizaciones propias-, los que trabajan la tierra de otros, las empresas agrícolas y ganaderas nacionales y, como grandes beneficiadas, ciertas empresas transnacionales afincadas en nuestro territorio. Como se demuestra más adelante, el TLC vendría a destruir el intrincado entramado que constituye la cultura campesina, base de la nacionalidad costarricense, de la cual muchos somos parte y nos sentimos orgullosos, y base social de la Iglesia Católica. En la segunda parte, se exponen los efectos que la desintegración de esa cultura, proceso ya iniciado desde la aplicación de los PAE (Programas de Ajuste Estructural), tendría sobre la Iglesia Católica como institución. En la tercera parte se presentan criterios para la acción. Primera parte: seis pasos hacia el abismo - Introducción a la primera parte La primera parte consta de seis pasos. En el primero, se indica La falta de adecuada representación, es decir, el procedimiento de baja o nula moralidad que se utilizó durante la negociación del TLC. Abundaron la confidencialidad, el secretismo y la técnica de la incertidumbre. A la ciudadanía se la mantuvo desinformada. Algo se comunicó al final de las conversaciones, cuando nada se podía corregir. Igualmente antidemocrática y desleal fue la tesis de que sólo los técnicos del Ministerio de Comercio Exterior (COMEX) debían negociar. Así se amputó la representatividad, especialmente de las y los pequeños y medianos productores. En el segundo paso, se describen los Antecedentes y situación actual del sector agropecuario nacional sobre el cual va a incidir el TLC. En el tercer paso, titulado Los contenidos (acuerdos) mal negociados, se describe el nefasto y en todo caso cuestionable desempeño de los representantes de Costa Rica y lo que propone -para el sector agropecuario- el texto actual del TLC en materia de aranceles, salvaguardias, contingentes, subsidios y otras ayudas. Asimismo, se señalan las previsibles consecuencias de ciertos contenidos del TLC que inciden sobre el agro: medio ambiente, propiedad intelectual y patentamiento de la biodiversidad, insumos o agroquímicos, conocimiento científico-tecnológico. También se indican otros factores que afectan duramente a todos habitantes rurales: las telecomunicaciones, la banca, los seguros, las relaciones laborales, la educación y la salud. Y en los pasos cuarto a sexto, se ponen ejemplos concretos de lo que ocurrirá, si nos dejamos. Primer paso: La falta de adecuada representación Solo una de las trece sesiones para negociar el TLC se dio en territorio nacional, las demás se celebraron en EEUU. En ninguna fue posible una verdadera participación de delegados del sector de los medianos y pequeños propietarios rurales y de los campesinos tradicionales, parceleros o minifundistas, y de una gran cantidad de asalariados que conforman el sector de las subsistencias orientado, hacia el autoconsumo y el mercado interior. Entre todos suman unos 260.000 productores y trabajadores directos. No hubo representación adecuada de intereses de estos actores porque otros se arrogaron el derecho de pactar a sus espaldas. Esto, además, se hizo en secreto, sin actas ni información confiable sobre lo negociado. Es evidente que hubo una grave falla ética que se tradujo en total indefensión y completa pérdida de control sobre el TLC y el destino económico-social que ese Tratado impondría para los así excluidos. La falta de transparencia vicia todo el proceso negociador. Sólo unos pocos grandes empresarios agropecuarios, afiliados a las cámaras pudieron viajar, cubrir costos y participar de las conversaciones, que quedaron en manos de COMEX y de unos pocos empresarios influyentes. La técnica no lo es todo, también importan la ética y la justicia. Segundo paso: Antecedentes y situación actual del sector agropecuario El sector agropecuario es quizás el menos preparado para enfrentar el impacto del TLC, debido al desmantelamiento de la estructura estatal de incentivos y apoyos. En efecto: -FRIJOLES: En 1994 Costa Rica producía el 90% de los frijoles e importaba solo el 10%. Nueve años después, en 2003, produjo sólo el 34% e importó el 66%. El área sembrada de frijoles se redujo de 56.856 Has. en 1994 a 20.267 en 2003. Las importaciones crecieron desde 3.989 toneladas métricas (TM) en 1994, hasta 28.894 en 2003, un crecimiento del 724%. ARROZ: En 1994 el país produjo 61% del arroz e importó el 39%. Diez años después produjo el 44% del arroz e importó el 56%. Actualmente produce el 53% e importa el 47%. Lo anterior explica que el área sembrada de arroz apenas aumentara de 51.867 Has. en 1994 a 53.163 en 2004, y que las importaciones crecieran desde 122.255 TM en 1994, a 281.274 en 2004, una subida del 230%. En el 2002 se consumieron 458.690 TM de maíz, de las cuáles sólo 11.600 fueron producidas en el país. -En 1995 el sector agropecuario obtuvo un 13.6% del crédito bancario total, en el año 2003 la cifra apenas llegó al 4.4%. El total de los ocupados en el agro bajó de 21.6% en 1995 a 15.8% en 2002. A ello hay que agregar la falta de asistencia técnica y transferencia tecnológica, el menor acceso al crédito para pequeños y medianos productores agrícolas, orientados al consumo interno, para la pequeña producción campesina familiar. -En los íltimos diez años se aceleró el desmantelamiento del MAG y demás entes del sector. Pero en los EEUU las cosas se encaminaron en sentido contrario: se disparó el monto de los subsidios al sector rural mediante la ley llamada Farm Hill de 2002, que un giro $180.000 millones en 10 años, por encima de los abultados fondos gratuitos del presupuesto del US Agricultural Dept. que superan los $50.000 millones anuales. Al mismo tiempo, la política de subsidios y ayudas del Gobierno de EEUU ha estimulado dumping o exportaciones a precios por debajo del costo. He aquí algunos datos: * El trigo fue exportado a un precio medio 43% por debajo
del costo de producción. Como si la realidad externa no fuera suficientemente negativa, en el nuevo Ministerio de la Producción (MIPRO) se han insertado de modo improvisado, los entes del sector, para mayor incertidumbre. Es notoria la carencia de recursos para reconversión y otros fines de apoyo, que hará imposible que el sector pueda competir frente a la más poderosa economía agraria subsidiada del planeta. Tampoco se podrá competir con productores de Centroamérica, que pagan salarios bajos y no les importa la seguridad social. Ocurrirá un completo desastre, muerte anunciada a plazos fijos. - Hay más todavía. La cuestionable estrategia neoliberal -que ha provocado gran inseguridad y pérdida de soberanía alimentaria- favoreció sólo a los grandes importadores de alimentos y a la agricultura de exportación, en especial al sector de los llamados productos no-tradicionales, en manos principalmente de firmas transnacionales que exportan libres de impuestos a EEUU, destruyen el ambiente y quieren seguir haciéndolo bajo el TLC. Algunos de los productos de este comercio son: melón, piña, banano, sandía, tubérculos, minivegetales, flores y plantas ornamentales. El resultado: cinco transnacionales estadounidenses concentran más del 70% de toda la exportación agrícola costarricense, a saber: Corporación de Desarrollo Agrícola del Monte (BANDECO), Compañía Bananera Atlántica (COBAL-CHIQUITA), Diversificados de Costa Rica (DICOR), Standard Fruit Company de Costa Rica (DOLE) y Frutas Tropicales Venecia. (Es difícil aceptar que esas transnacionales se irán de Costa Rica si no se firma el TLC; nadie se retira de los buenos negocios). Otro resultado lo plantea el Dr. José Calvo, un estudioso de nuestro agro, así: 'Desde el Consenso de Washington en los años de 1990, ha ido disminuyendo aceleradamente nuestra producción alimentaria y aumentando el éxodo de agricultores campesinos a los anillos de miseria de la ciudad. Producimos menos de la mitad de lo que nos comemos. Casi nada de maíz, nada de sorgo, nada de soya, menos de la mitad del arroz, y menos de la mitad de los frijoles,además de que el trigo importado sustituye mucho a todos esos granos. Nuestra producción lechera ha mantenido suárea, pero ha disminuido mucho el nímero de productores. Nuestra producción avícola está cada día en menos manos, igual que la lechera, y es muy poco probable que nuestra producción porcina sobreviva los efectos del TLC' (charla del 17 de marzo de 2005 en la sede de UPANACIONAL). Luego de revisar someramente los antecedentes y el contexto del sector agrícola, pasemos ahora enfocar el TLC por el fondo (el contenido) de lo negociado. Tercer paso: Los contenidos (acuerdos) mal negociados Las anteriores desventajas para el sector rural o campesino en general se agravan porque, hecho insólito, los negociadores nacionales aceptaron no excluir a ningín producto del agro de los efectos del TLC. Es falso lo que dijeron acerca de la exclusión de la papa y cebolla, ya que quedaron sujetas a cuotas de importación. Aprobaron rebajas unilaterales de aranceles para nuestra producción agropecuaria, pero le permitieron a los EEUU mantener intacta toda su estructura de subsidios, ayudas y protecciones para su sector agropecuario transnacionalizado. Esto íltimo sucede porque, para Costa Rica, el TLC es un tratado internacional que está por encima de todas las leyes vigentes y, por tanto, deroga todas las que lo contradigan, mientras EEUU -con la venia del COMEX- aprobó solo un simple 'acuerdo comercial' de menor rango a un tratado, llamado Congressional-Executive Agreement; lo que le permite mantener y reforzar libremente todas sus leyes (nacionales o federales, estatales y municipales), incluyendo las leyes que protegen su economía y su agro de la libre competencia. Así nuestros agricultores jamás podrán competir y quedan -al igual que el país entero- como 'burro amarrado frente a tigre suelto'. Esto hace a los productores de Costa Rica muy vulnerables, pues los deja casi en completa desprotección legal frente a tribunales internacionales (sean de la Organización Mundial del Comercio -OMC- o del Banco Mundial) y sin condiciones para poder competir adecuadamente con las grandes corporaciones agropecuarias de EEUU. No se les ha preparado (ni se les preparará) para soportar lo imposible: una apertura tan radical, con plazos cortos de desgravación, luego de los cuales no hay compromiso alguno de los EEUU de retirar subsidios y apoyos a sus productores. Esto alterará cada vez más los precios y términos del intercambio en contra de nuestras empresas, cuando ya no podremos interponer barreras arancelarias ni salvaguardas temporales. Por el contrario -como ya se dijo- íltimamente EEUU aumentó sus subsidios y demás ayudas a niveles astronómicos. Encima de lo anterior, el TLC implica la amenaza de eliminar, contra los intereses de nuestros agricultores, la llamada 'salvaguarda agrícola especial' de la Organización Mundial del Comercio (OMC). (Wird fortgesetzt) |