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En nombre y con plenos poderes de la Dirección Federal de la Asociación Republicana de Abogadas y Abogados (RAV) con personería jurídica presento denuncia penal por todos los actos delictivos atinentes, (especialmente asesinatos, secuestros y lesiones graves) por los hechos que se describen a continuación, que tuvieron lugar durante la dictadura militar argentina (1976 a 1983).
Solicito el envío de la presente denuncia penal al defensor general, respectivamente a la Corte Federal de Justicia, para que se pueda designar en el marco del parágrafo 13 del StPO al juzgado alemán correspondiente. Se solicita designar al Tribunal de Berlín, de acuerdo al parágrafo 13 a StPO, dado que la Cancillería del abajo firmante se encuentra en Berlín.
La denuncia penal se dirige por ahora contra los dos ex – miembros de la Junta Militar sobrevivientes:
1.- contra Jorge Rafael Videla, entonces comandante en jefe del ejército, nacido el 02.08. de 1925 en Mercedes, residente en Barera 166, 8.A, Buenos Aires, Argentina,
2.- contra Emilio Eduardo Massera, entonces comandante en jefe de la Armada, nacido el 19.10. de 1925 en Paraná, residente en Avenida Callao1307, Buenos Aires, Argentina,
3.- contra el entonces jefe de la empresa de la sucursal de Mercedes en Gonzáles Catán, Buenos Aires, Juan Tasselkraut, cuyos demás datos se desconocen. Puede ser citado a través de la filial de Daimler Chrysler de González Catán, Buenos Aires, Argentina,
4.- además contra otros entonces responsables desconocidos de la filial Mercedes Benz, hoy Daimler – Chrysler, de González Catán, Buenos Aires, así como contra los entonces responsables de Mercedes Benz, hoy Daimler-Chrysler en la empresa madre en Untertuerkheim, Alemania.
Para comprender el fondo de los hechos se debe considerar que muchos documentos y análisis partían de la base que el ejército había logrado su objetivo político-militar de vencer a los grupos armados de la izquierda ya antes del golpe. Tuvo casi ilimitadas posibilidades legislativas y recursos reales, para definir a su favor este problema policial. Si embargo, resultó que sus planes iban desde el principio mucho más allá. Había que instalar un régimen de terror, que se describe más adelante, y toda la oposición, inclusive adversarios potenciales, deberían ser eliminados de acuerdo a planes escalonados. (ver entre otros alegatos el de la defensora de Derechos Humanos Mirta Mántaras: "El Manual de la Represión" en Página Doce del 24. de marzo de 1999, que en interín fue publicado en Internet bajo http://www.nuncamas.org/, haciendo referencia al "Plan del Ejercito").
El jefe de la Junta Jorge Rafael Videla dijo con palabras sencillas y claras: "Un terrorista no es solo alguien con un fusil o una bomba en la mano, sino también quién divulga pensamientos que son dirigidos contra la civilización occidental y cristiana".
El 24 de marzo de 1976 se produjo el golpe militar. La presidenta Isabel Pereón fue secuestrada y confinada en una base militar. Los comandantes de las tres armas, general Videla, almirante Massera y el ya fallecido general de brigada Agosti formaron una Junta militar que tomó el gobierno. Los miembros de la Suprema Corte fueron cesados, el parlamento fue disuelto y las instituciones más importantes del país fueron puestos bajo mando militar. En los meses siguientes se produjeron muchos asesinatos, secuestros y detenciones de adversarios políticos.
La brutalidad y la dimensión de la represión en el país se diferenció de otras dictaduras sureñas. Cerca de 30.000 personas fueron asesinadas. De esta cifra surge que de ninguna manera se trataba solo de enemigos armados de los militares.
El gobernador de Buenos Aires en aquel momento, general de brigada Iberico Manuel Saint Jean expresó la ideología de los militares con las siguientes palabras:
"Primero vamos a matar a los subversivos, luego a sus colaboradores, más tarde a sus simpatizantes, luego a los indiferentes y finalmente a los tibios". ( de la Comisión de los derechos humanos argentina: Argentina camino al genocidio, Bonn 1977)
Luego de la represión de los grupos armados de la guerrilla y de sus grupos de apoyos más cercanos, se amplió cada vez más el círculo de los grupos a combatir, y finalmente deberían ser destruidos determinados sectores de la sociedad argentina. Para ello se basaban en una razón estatal, que demandaba liberar a la nación argentina de "elementos enfermos". Eran los militares quienes determinaban quién debería pertenecer a la nación argentina, occidental y cristiana. Los grupos que no pertenecían a ella, eran librados para ser liquidados. A estos no solo pertenecían sindicalistas activos, intelectuales críticos, científicos, periodistas incómodos y cristianos socialmente activos, especialmente partidarios de la teología de la liberación, sino también trabajadores sociales en las villas de miseria y también en gran medida ciudadanos judíos. Potencialmente sospechosos eran los grupos de la población, que no correspondían a la ideología de los militares. La opinión del ex – militar, miembro de la Junta, Massera, de 1985 que manifestó que los militares "habían ganado la guerra de las armas, pero perdieron sicológicamente".
En relación a la exposición de la represión contra sindicalistas se hace referencia al probablemente más amplio relato del aparato de represión de la dictadura en Argentina, el informe final "Nunca Más" de la CONADEP (Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas) Esta Comisión fue instalada luego del restablecimiento de la democracia bajo el gobierno de Alfonsin por el decreto número 187 del 15.12.1983. Se trata de una Comisión de Notables que resumió y evaluó documentos, entrevistas, informes y conclusiones en un informe final. Este informe ha sido publicado en idioma alemán, editado por el Instituto de Investigación Social de Hamburgo, Stuttgart 1987. En este informe se fundamenta la constatación histórico-sociológica, hecha en el capítulo anterior, que la ideología y la praxis de la dictadura militar solo en apariencia se dirigía exclusivamente contra la denominada subversión armado, o sea la guerrilla armada. Pero, estas fuerzas estuvieron en el momento de tomar el poder las fuerzas militares, en marzo de 1976, tan debilitadas, que se debe partir de la opinión que la represión estaba dirigida contra las áreas sociales arriba mencionadas. En consecuencia, en el informe de CONADEP se indica que cerca del 30 por ciento de todos los detenidos y secuestrados eran obreros y el 17,9 por ciento empleados. La represión afectó por lo tanto en una una gran parte a obreros y empleados.
La base ideológica para eso era el decreto secreto 504/77 (continuación de la ofensiva contra la subversión), especialmente las orientaciones 222 de 76 (operación piloto en el área industrial):
"El ejercito actuará en acuerdo con los órganos estatales en estas áreas sobre las empresas industriales y estatales, para neutralizar las situaciones conflictivas surgidas entre empresarios y trabajadores, que han sido provocados por la subversión o pudieron ser utilizados por esta, para evitar de esta manera agitaciones subversivas y acciones de las masas, aportando eficazmente al funcionamiento del aparato productivo del país."
El entonces ministro de trabajo, general Horacio Tomás Liendo, concreta el criterio al decir:
"En relación con la subversión en el área industrial, sabemos que se intenta aquí una intensa y activa campaña de terror y atemorizamiento en el sector obrero. Para poder luchar contra ella y deshacerla, es necesario saber, como actúa la subversión en las fábricas. Su manera de actuar es el adoctrinamiento individual y de grupos, tratando de ganar para sí a la clase obrera, poniéndose a la cabeza de las falsas reivindicaciones, promueve artificialmente conflictos para lograr una confrontación con los empresarios y calumnia a los auténticos dirigentes obreros. Contra eso, las fuerzas armadas y el gobierno movilizaron todos los medios disponibles. Realizan los mayores esfuerzos para garantizar la libertad del trabajo, la seguridad familiar y personal de empresarios y trabajadores así como el aniquilamiento del enemigo. Es necesario pensar también en aquellos, que mantienen alejados del desarrollo normal del proceso, convirtiéndose en su afán de ventajas para sí o su sector en cómplices de la subversión, así como aquellos que no se animan a hacerse cargo de la responsabilidad que esta situación les impone."
Siguiendo esta línea, ya antes de la toma oficial del poder por los militares el 24. de marzo de 1976, muchos activos sindicalistas, delegados sindicales, especialmente si eran independientes, cayeron víctimas de la represión. Luego del golpe fueron detenido y asesinado más activistas del movimiento obrero. Mediante una serie de leyes se procedió contra los sindicatos, recortando ventajas, aportes sociales y acuerdos en base a leyes labores. Con esto se redujo drásticamente el peso político de la clase obrera como tal, produciéndose especialmente en los primeros años de la dictadura potentes cambios: más de medio millón de personas perdieron sus puestos de trabajo en el sector oficial. También en la rama automovilística se produjeron reducciones del personal entre 20 por ciento en Mercedes Benz, 27 por ciento en Renault, 44 por ciento en Dodge-Volkswagen y 88 por ciento en Deutz. ( datos de 1976 A 1981). Al mismo tiempo descendió el nivel de los sueldos industriales elevándose al mismo tiempo el nivel productivo.
Detalles al respecto pueden ser expuestos más adelante.
La periodista Dra. Gabriele Weber investigó, partiendo de los hechos generales sobre "Los desaparecidos de Mercedes Benz en Argentina", llegando a la conclusión, que según nuestra concepción fundamentan la sospecha inicial de una denuncia penal contra las personas arriba mencionadas. Los resultados preliminares de la investigación de la periodista fueron irradiados el 31 de agosto de 1999 por la emisora WDR con el título "Los desaparecidos de Mercedes Benz Argentina. Un capítulo del pasado argentino". Adjuntamos una copia de la nota.(G. Weber puede ser citada por el WDR, Appelhofplatz 1 – 50600 Colonia)
Los resultados de la investigación son en síntesis:
En la empresa Mercedes de González Catán-Buenos Aires había como en muchas grandes empresas delegados sindicales de izquierda, que luchaban por mejores condiciones de trabajo y mejores sueldos de los trabajadores. Estos delegados independientes se encontraban en fuerte contradicción política con los sindicatos oficiales de los trabajadores de la industria automotriz, que cooperaban con las direcciones empresariales. Por ello fueron, ya antes del golpe del 24 de marzo de 1976 objetivo de represalias. Por lo menos ocho delegados sindicales de Mercedes Benz siguen desaparecidos hasta el día de hoy. Se trata de Vizzini, Reimer, Gigena, Arenas, Núñez, Belmonte, Del Conte y Hugo Ventura. Esteban Reimer es ciudadano alemán, de manera que corresponde la intervención de la justicia alemana, según parágrafo 7 StGB.
La Dra. Weber cita a la viuda de Esteban Reimer, señora María Luján Reimer como una de sus fuentes. Lujan informa que a principios de 1977 se suspendieron las protestas de los obreros, debido a tratativas con la dirección empresarial. El 4 de enero de 1977 fueron citados su marido, Esteban Reimer y el también desaparecido Hugo Ventura a la central de Mercedes Benz. Llevaron consigo un largo catálogo de reivindicaciones de los trabajadores. De noche, el 4. 01.de 1977, cuando regresó su marido, le informó que las conversaciones tuvieron un carácter armónico y los patrones aceptaron todas las reivindicaciones. Algo le pareció raro a Reimer, quien se preguntaba porque luego de haberse resistido a aceptar arduamente en el pasado, de golpe cedieron sin lucha a las demandas obreras. Durante la misma noche Reimer fue secuestrado por nueve hombres armados que adujeron actuar por encargo del primer comando militar. La viuda anotó la matrícula del auto que llevó a su marido. Mas tarde se supo que el coche estaba inscripto a nombre de una capitán del ejercito. Al día siguiente se enteró la viuda que el otro delegado Hugo Ventura fue secuestrado en la misma noche.
Por otro lado se supo que Mercedes Benz pagaba durante unos diez años a los parientes de los ocho desaparecidos una especie de pensión. El porque de este pago no se dijo nunca, informó la hermana del desaparecido Ventura, María Ester Ventura. Para ella está claro que la empresa asumió con esto una parte de la responsabilidad por la muerte de los obreros. Oro indicio es, según María Ester, que los militares que vinieron a detener a su hermano el 4.01. de 1977, preguntaron por Victor Hugo, nombre que solo usaba oficialmente en la empresa, sus amigos lo llamaban Hugo.
Además de que uno de las víctimas, Esteban Reimer, era alemán, también por lo menos uno de los responsables de Mercedes Benz, el entonces director Juan Tasselkraut es ciudadano alemán, de manera que de acuerdo a los hechos relatados, estos son de incumbencia de la justicia alemana.
Según el testimonio divulgada por la emisión radial de Hector Ratto, durante algún tiempo secuestrado y torturado, el director Juan Tasselkraut estuvo directamente vinculado a hechos represivos. Ratto relató que tanto el servicio de seguridad empresarial como policías en civil tuvieron libertad de acción en el área de la empresa. Ratto dijo en la mencionada emisora que con anterioridad a su detención se trató mediante una supuesta llamada telefónica de su mujer de hacerlo salir del terreno de la empresa para poder secuestrarlo. Como percibió la trampa tendida, fue llamado al despacho del director Tasselkraut, donde lo esperaban dos policías en civil, que lo querían llevar. Pero Tasselkraut quiso en aquel momento evitar agitación en la fábrica, Ratto fue recién en la noche secuestrado por militares. Durante varios meses fue sometido a electroshocks. Durante meses no pudo mover sus brazos y hoy todavía sufre las consecuencias tardías de las torturas.
Ratto contó que Juan Tasselkraut dió en su presencia a los polcias en civil la dirección de Diego Núñez, un delegado independiente del sindicato. Núñez fue detenido a la noche siguiente en su domicilio, llevado al centro de tortura de Campo de Mayo, donde lo asesinaron. La entrega de la dirección por Juan Tasselkraut significa por lo menos una acción de ayuda, dado que lo hizo premeditadamente. El sabía lo que hacían los órganos de seguridad con los secuestrados. En declaraciones a la periodista Dr. Weber dijo refiriéndose a aquella época: "el que conocía algo a la Argentina, sabía que contra todo sentido humano, contra todos los derechos humanos, se eliminaba gente en Argentina."
Las indicaciones de Hector Ratto contribuyeron en 1985 durante el proceso contra los militares responsables que estos pudieran ser condenados. Actuó allá como testigo de la acusación y hizo constar las circunstancias de su detención. En el fallo de la condena se documentó su caso y el del asesinado Diego Nuñez Los jueces consideraron sus declaraciones como creíbles y basaron entre otros, en ellos la condena de los comandantes.
Con ello se da por lo menos, en nuestra opinión, la sospecha primaria contra el entonces director de Mercedes Benz Buenos Aires-Argentina por participación de la muerte y la desaparición de delegados sindicales independientes. Hay que investigar acerca de otros responsables, dado que no se puede suponer que el director Tasselkraut hubiera actuado por iniciativa y móviles propios. La desaparición de los delegados sindicales más activos de la empresa Mercedes Benz en González Catán indica mas bien que hubo un d procedimiento coordinado de la dirección empresarial, de la seguridad empresarial y de los servicios de seguridad. Por un lado, era difícil que las fuerzas de seguridad pudieran desde afuera conocer los datos de identificación de los activistas, por otro lado hubo detenciones en el terreno empresarial o tendrían que haber tenido lugar – caso de Ratto. Las circunstancias del secuestro de este permiten pensar que la policia y los militares actuaron en común con los responsables de la empresa. Más allá de eso, salta a la vista naturalmente la relación en el tiempo entre las conversaciones de la dirección de Mercedes Benz con los delegados Reimer y Ventura del 4 de enero de 1977 y su desarrollo armónico y el secuestro casi enseguida de los dos representantes sindicales.
Además las desacostumbrados pensiones durante años pagadas a los deudas de los desaparecidos son una clara demostración, que la dirección de la empresa estaba informada sobre el destino de los delegados sindicales. A la familia de un obrero simplemente ausente del trabajo, del cual no se sabia la causa de su abandono, difícilmente se le hubiera pagado durante años el sueldo.
Finalmente, se debe partir del hecho, que esta política comercial, especialmente los gastos inusuales, pero también la acción de las fuerzas de seguridad, el procedimiento ante los delegados sindicales eran objeto de conversaciones en la dirección empresarial de Argentina, o sea el señor Tasselkraut y jefes de la central en Alemania, cuyo nombres no se conocen.
Los testigos mencionados en la audición radial del 31 de agosto de 1999 y las fuentes indicadas, en el caso de residir en Argentina deberán ser interrogados por el consulado. El firmante informará en las próximas semanas nuevos detalles.
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