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Updated: 18.12.2012 16:07 |
Argentina: ¿Por qué tanto teatro? ¿Por qué el gobierno de los EEUU estaba interesado en hacer creer al mundo que el Mossad secuestró a Eichmann? Gaby Weber Antes de su traslado a Israel, el organizador del Holocausto estaba muy amargado y empezaba a dar entrevistas. Se había transformado en un peligro, para su ex empleador, la Standard Oil, para Israel y para otros. Pero la pregunta es obvia: ¿Si Eichmann empezó a molestar, por qué no le dieron un tiro en la nuca o lo hicieron desaparecer, para hacerlo callar? Hubiera sido menos costoso y más práctico comparado con el teatro de invitarlo a viajar a Uruguay, contratar un avión y pilotos, detenerlo, interrogarlo y extraditarlo a Israel, corriendo el riesgo que en algún momento, en Israel, empezara a hablar... ¿Por qué tanto teatro? Ese teatro trajo complicaciones diplomáticas para Israel con el gobierno argentino, humillado ante todo el mundo por la (supuesta) violación de su soberanía. Y complicaciones para Uruguay, si algún día saliera a la luz todo... El único que sacó provecho del teatro – el mismo día – fue el gobierno de los EEUU. ¿O es casual que fueran estadounidenses y un avión con matricula de EEUU que jugaran un papel central en la operación Eichmann? ¿Por qué propósito los EEUU necesitaban humillar a la Argentina? La respuesta para esta pregunta se encuentra en el piso 15 de la Cancillería Argentina. Ahí, están guardados los tratados bilaterales, ordenados por fechas. En el mes de mayo de 1960 – mes de la operación del traslado de Eichmann - hay un documento sólo, una carta del secretario de la Cancillería Argentina, Miguel Angel Centeno, dirigiéndose al Embajador de los EEUU. En el lugar donde una carta dice la fecha, se lee sólo “....mayo 1960” como si el autor de esta carta supiera que el gobierno argentino en algún día del mes de mayo lo iba a firmar. El día de la firma del documento fue el 23 de mayo del 60, como dice el sello de entrada en la parte izquierda de la carta. Justo el día que el Premier Ministro Israelí anunció en el Knesset que tenía a Eichmann en detención israelí. El gobierno argentino tuvo que temer desde ese día que el Mossad le iba a sacar mas Nazis desde su territorio y cedió a la presión diplomática norteamericana. Dice la carta, firmada por Centeno: “Con referencia a la nota del 9 de septiembre (de 1959), relativa al ofrecimiento de material e instrumental de estudio e investigación nuclear realizado por el Gobierno de los EEUU con destino a instituciones nacionales. (...) Me complazco en destacar a V.E. que el Gobierno Argentino acepta las condiciones a que se refiere ese documento”. En septiembre de 1959 los gobiernos de los EEUU y Argentina habían pactado un acuerdo bilateral sobre la cooperación en el área nuclear. Para entrar en vigencia, Argentina tendría que subordinarse a los controles norteamericanos y prometer usar la tecnología atómica solamente para el uso pacífico. Pero los argentinos no querían esas limitaciones. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial trajeron científicos alemanes al Río de la Plata, sobre todo especialistas en misiles, aviones y material nuclear. El General Perón soñaba con una industria armamentista propia. En Córdoba, Kurt Tank construyó aviones, y cerca, en Carmen del Falda, se experimentó con misiles. En Bariloche, Ronald Richter trabajó en el área de la fusión nuclear y la bomba atómica. Muchos de estos técnicos se fueron de Argentina después del golpe militar en 1955. La mayor parte de ellos volvió a Alemania, donde se había fundada la Bundeswehr (las fuerzas armadas alemanas, en 1955), algunos se fueron a los EEUU, donde trabajaba Wernher von Braun en la agencia espacial NASA. Ronald Richter se había ofrecido a las Fuerzas Aéreas de los EEUU (USAF) varias veces, pero fue rechazado por la USAF debido a su pésima calificación: " not interested”, como dice una nota confidencial del 21 de noviembre de 1956 de la Oficina Central de la USAF. Los EEUU ejercieron mucha presión hacia el gobierno en Buenos Aires para terminar la colaboración con los técnicos nazis y al mismo tiempo se ofrecieron a ellos mismos como técnicos que iban a enseñar los secretos de la tecnología nuclear a los Argentinos. En Julio de 1955, se firmó en Washington un tratado bilateral sobre el “uso pacifico de energía atómica”. En el articulo II EEUU promete alquilar uranium a la Argentina, que “no excederá en ningún momento de 6 kilogramos de contenido U-235 en uranio enriquecido”. Pero siempre para el uso civil. Ese tratado iba a estar vigente hasta Julio de 1960 y tendría que ser prorrogado antes de la fecha de vencimiento. En septiembre de 1959, la prorrogación del tratado estaba lista, faltaba solamente la promesa de los Argentinos de limitarse al “uso civil”. Pero se pusieron duros y negociaron, “amenazando” con la opción con los técnicos nazis que no pusieron limitaciones. Además, se precisaba una cantidad mayor de uranio. La resistencia de los Argentinos duró hasta el 23 de mayo del 60, el día que el mundo supo que habían sacado al nazi de rango mayor desde el nido de nazis, Argentina. Ese día Centeno firmó y se subordinó incondicionalmente a los estadounidenses. Dos semanas después, se firmó el tratado sobre el uso civil de la energía atómica. Otra victoria fue el “Acuerdo de cooperación y asesoramiento técnico de oficiales del ejercito norteamericano”. El gobierno argentino prometió traerlos en Primera Clase y el articulo XIII dice: “Los miembros de la misión gozarán la inmunidad de jurisdicción civil de los tribunales argentinos por actos u omisiones que surjan del desempaño de sus obligaciones oficiales”. Esta garantía de la inmunidad era ya en aquel momento inusual, lo cual también explica que el tratado no fue discutido en público. Y hoy la mayoría de los estados latinoamericanos, también Argentina, rechaza la inmunidad para los soldados de los E.E.U.U. Es notable que la Argentina no fuera humillada en aquel momento por ser un “santuario nazi”. Los historiadores estiman que después de la Segunda Guerra Mundial cerca de 50.000 Nazis se habían refugiado en la Argentina, entre ellos los criminales de guerra como Eichmann y Mengele. En Argentina, este capítulo oscuro de la historia vino recién en los años noventa a la luz pública, en Alemania sigue siendo hasta hoy un tabú. Es notable también que en los protocolos y durante el proceso en Israel, Eichmann no habló sobre la estructura del exilio nazi en la Argentina, y ni los jueces y los investigadores, ni la prensa mundial insistieron. Hasta aquí los hechos. Me permito un comentario: Uno podría opinar: ¡un teatro brillante para un final acertado! Considero un éxito el hecho de que se terminara el capitulo de los científicos nazis en Argentina. Argentina es un país libre de armas nucleares y eso está bien. Pero sería deseable que el planeta entero estuviera libre de armas nucleares. ¿Por qué no lo es? Motivos suficientes para que los EEUU y la Argentina liberen, por fin, todos los documentos de la operación Eichmann. A continuación: Cuba - Una entrevista con Fidel Castro que (todavía) no tuvo lugar. |